Dedicado a D., qué todavía no ama a Hesse.

Supe que ser amado no es nada, que amar, sin embargo, lo es todo. Y creí ver cada vez más claro que lo que hace valiosa y placentera la existencia es nuestro sentimiento y nuestra sensibilidad. Donde quiera que viese en la tierra algo que pudiera llamarse “felicidad”, ésta se componía de sentimientos. El dinero no era nada, el poder tampoco. Veía a muchos que poseían ambas cosas y eran desdichados. La belleza no era nada; veía a hombres y mujeres bellos, que a pesar de toda su belleza eran desdichados. Tampoco la salud contaba demasiado. Cada cual era tan sano como se sentía; había enfermos que rebosaban de vitalidad hasta poco antes de su fin, y personas sanas que se marchitaban, angustiadas por el temor de sufrir. La dicha, sin embargo, siempre estaba allí donde un hombre tenía sentimientos fuertes y vivía para ellos, sin reprimirlos ni violarlos, sino cuidándolos y disfrutándolos. La belleza no hacía feliz al que la tenía, sino al que sabía amarla y venerarla.
Aparentemente existían muy diversos sentimientos, pero en el fondo todos eran uno. A cualquiera de ellos puede llamársele voluntad o cualquier otra cosa. Yo lo llamo amor. La dicha es amor y nada más. El que es capaz de amar es feliz. Todo movimiento de nuestra alma en el que ésta se sienta a sí misma y sienta la vida, es amor. Por tanto es dichoso aquel que ama mucho. Sin embargo, amar y desear no es exactamente lo mismo. El amor es deseo hecho sabiduría; el amor no quiere poseer, sólo quiere amar. Por eso también era feliz el filósofo que mecía en una red de pensamientos su amor al mundo y que lo envolvía una y otra vez con su red amorosa. Pero yo no era filósofo.

Herman Hesse
Obstinación
Fragmento


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2 Replies to “Dedicado a D., qué todavía no ama a Hesse.”

  1. Avatar de JohnAvePhoenix JohnAvePhoenix dice:

    Otro loquito de la pradera como .noos

    Terminados sus estudios latinos con éxito en Göppingen, Hesse ingresó en 1891 en el seminario evangélico de Maulbronn, del que se escapó en marzo de 1892 a causa de la rigidez educativa que le impedía, entre otras cosas, estudiar poesía: «seré poeta o nada», dice en su autobiografía.

    Continuos y violentos conflictos con sus padres lo llevaron a una odisea a través de diferentes instituciones y escuelas. Entró en una fase depresiva e insinuó, en una carta de marzo de 1892, ideas suicidas: «quisiera partir como el sol en el ocaso», y en mayo hizo una tentativa de suicidio, por lo que lo ingresaron en el manicomio de Stetten im Remstal, y más tarde en una institución para niños en Basilea. En 1892, entró en el Gymnasium de Bad Cannstatt, cerca de Stuttgart, y en 1893, a pesar de obtener el diploma de ingreso de primer año, dejó los estudios.

    Influencia
    En su época, Hesse era un autor popular e influyente en el mundo de habla alemana. La fama mundial sólo llegó después. La primera gran novela de Hesse, Peter Camenzind, fue recibida con entusiasmo por los jóvenes alemanes que deseaban un estilo de vida diferente y más «natural» en esta época de gran progreso económico y tecnológico en el país.6​ Demian tuvo una fuerte y duradera influencia en la generación que regresó a casa después de la Primera Guerra Mundial. De manera similar, El juego de los abalorios, con su disciplinado mundo intelectual de Castalia y los poderes de la meditación y la humanidad, cautivó el deseo de los alemanes de un nuevo orden en medio del caos de una nación rota tras la pérdida en la Segunda Guerra Mundial.7​

    En la década de 1950, la popularidad de Hesse comenzó a disminuir, mientras que los críticos de la literatura y los intelectuales dirigieron su atención a otros temas. En 1955, las ventas de los libros de Hesse por parte de su editor Suhrkamp alcanzaron un mínimo histórico. Sin embargo, después de la muerte de Hesse en 1962, los escritos publicados póstumamente, incluidas cartas y piezas de prosa previamente desconocidas, contribuyeron a un nuevo nivel de comprensión y apreciación de sus obras.7​

    En el momento de la muerte de Hesse en 1962, sus obras aún eran relativamente poco leídas en los Estados Unidos, a pesar de su estatus como premio Nobel. Un memorial publicado en The New York Times llegó al punto de afirmar que las obras de Hesse eran en gran parte «inaccesibles» para los lectores estadounidenses. La situación cambió a mediados de la década de 1960, cuando las obras de Hesse se convirtieron en los libros más vendidos en los Estados Unidos. El renacimiento de la popularidad de las obras de Hesse se ha acreditado a su asociación con algunos de los temas populares del movimiento de la contracultura (o hippie) de los años sesenta. En particular, el tema de la búsqueda de la iluminación de Siddhartha, Viaje al Oriente, y Narciso y Goldmundo resonó con esos ideales contra-culturales. Las secuencias del «teatro mágico» en El lobo estepario fueron interpretadas por algunos como psicodelia inducida por las drogas, aunque no hay pruebas de que Hesse haya tomado drogas psicodélicas ni haya recomendado su uso. En gran parte, el boom de Hesse en los años sesenta se remonta a escritos entusiastas por dos figuras influyentes de la contracultura: Colin Wilson y Timothy Leary. Desde Estados Unidos, el renacimiento de Hesse se extendió a otras partes del mundo e incluso a Alemania: se vendieron más de 800.000 copias en el mundo de habla alemana de 1972 a 1973. En un espacio de pocos años, Hesse se convirtió en el autor europeo más leído y traducido del siglo xx. Hesse fue especialmente popular entre los lectores jóvenes, una tendencia que continúa hoy en día.7​

    Hay una cita de Demian en la portada del álbum Abraxas de Santana en 1970, que revela la fuente del título del álbum.

    Siddhartha de Hesse es una de las novelas occidentales más populares de la India. Una traducción autorizada de Siddhartha se publicó en el idioma malayalam en 1990, el lenguaje que rodeaba al abuelo de Hesse, Hermann Gundert, durante la mayor parte de su vida. Una Sociedad Hermann Hesse de la India también se ha formado. Su objetivo es llevar a cabo traducciones auténticas de Siddhartha en todos los idiomas de la India y ya ha preparado las traducciones en sánscrito,8​ malaylam9​ e hindi10​ de Siddhartha. Un monumento perdurable a la popularidad duradera de Hesse en los Estados Unidos es el Magic Theatre de San Francisco. Refiriéndose a «The Magic Theatre for Madmen Only» en El lobo estepario (una especie de cabaret espiritual y algo de pesadilla a la que asisten algunos de los personajes, incluido Harry Haller), el Magic Theatre se fundó en 1967 para interpretar obras de nuevos dramaturgos. Fundado por John Lion, el Teatro Mágico ha cumplido esa misión durante muchos años, incluidos los estrenos mundiales de muchas obras de Sam Shepard.

    También hay un teatro en Chicago que lleva el nombre de la novela, el Teatro Steppenwolf.

    En toda Alemania, muchas escuelas llevan su nombre. El Hermann-Hesse-Literaturpreis es un premio literario asociado con la ciudad de Karlsruhe que se ha otorgado desde 1957.11​ Desde 1990, el Premio Calw Hermann Hesse12​ ha sido otorgado cada dos años alternativamente a una revista literaria en idioma alemán y un traductor de la obra de Hesse.13​ La Internationale Hermann-Hesse-Gesellschaft se fundó en 2002 en el 125 aniversario de Hesse y comenzó a otorgar su premio Hermann Hesse en 2017.14​

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