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Y un día te cambia la vida;
lo habías visto en las películas, en los libros, en la música, en el arte.
Estaba ahí, a través de tus ojos de niño veías ese mensaje que agitaba tu inocencia.
Y poco a poco esa sensación de pertenecer a algo infinitamente más grande que a la mediocridad que imperaba en un mundo gobernado por «adultos» se fue apagando hasta el punto en que el solo hecho de pensar en ello hizo dudar de tu inteligencia y tú valía como persona.
Un pequeño fuego hacía su aparición fugazmente bajo el visionado de una película de Fellini, un momento de soledad escuchando «Opening» de Philip Glass en una tarde de invierno junto a la persona que querías. Un paseo por la naturaleza admirando su sencillez, belleza y grandiosidad. Para entonces las cosas ya se habían torcido, tus ojos eran ya los de esa sociedad que te decía que eso era lo único que podía ofrecerte, y como tal exigía que te amoldases a su mandato.
En ese punto era tal el sufrimiento que ya habías deseado no vivir cientos de veces, aún cuando esas señales que te sonreían en tu niñez y juventud se empeñaban en aparecer fugazmente. Era el fin pensaste, si acaso no el fin de tu existencia, sí como Ser Humano provisto de sentido.
Y un día te cambia la vida;
no como cabría imaginar, pues la vida no se ajusta a tus deseos, sino de la forma en que mejor podrías comprender la maravilla que supone estar vivo.
Cíclopes, dragones, magos terribles que asustarían al más valiente de los hombres han vuelto a aparecer; son reales y te asusta;
pero en ese momento en el que todo está destruido, en el que has perdido lo más valioso que la vida te había ofrecido por intentar encajar en un engranaje al que nunca perteneciste, vuelves a creer en ti, a abrazar esas señales que siempre estuvieron ahí y te decían: sígueme! soy la vida! la vida eterna!
Y sabes que esas sombras que te asustan son también parte de la aventura, parte de ti, y que junto a ellas también te encontrarás princesas, magos sabios y corazones que irradian luz.
Has comprendido que no tiene sentido preguntarse por el sentido de la vida y empiezas a actuar en base a lo que la vida espera de ti.
Has vuelto a ser niño, un niño que ha integrado su luz en su oscuridad.
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gracias de ❤ , G.
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