¿Qué es el ZEN?

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Viene de: La meditación Zen no sirve para nada. 

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De todos los -ismos, el ÚNICO que medianamente me interesa. Otrosí, me declaro anarquista ontológico, como el gran RAW, por cierto.

Me atrae el ZEN. Es taaaan sencillo (o taaaan enrrrrevesadamente retorcido) que asusta. Cuando lo «ves», claro. Empero, detesto a algunos Zenistas, quienes, parapetados tras una bata larga y un cinturón aprietabatas, en sus monasterios todo limpitos con la piedrecita descuidada en el jardincito de piedras bien trilladas y la imperfecta hoja de árbol dejada caer con premeditación y alevosía para que parezca que allí todo es espontáneo, huyen del Mundo, ese en el que hay facturas que pagar (yo pocas, afortunadamente), jefes a los que torear y parientas con las que lidiar. En su lugar, meditación va, meditación viene y por el camino yo me entretengo.

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Lo más sensato que he oído en este sentido ha sido a un monje Zen que decía estar aprendiendo a ser un «mal budista». Vamos, que se la sudaba el jardincito. Si encuentro el vídeo, os lo pongo, ahora estoy desde el móvil (que mira tú lo poco que me gustan los móviles a mí…).

Bueno, al lío. Qué es para mí el ZEN? Hoy. Mañana puede ser otra cosa. Pues eso:

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La inefabilidad de una metáfora inconclusa.

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Jo, qué grande el tito n0sce, eh? Tuuuuururú.

Pero los Payasos de la tele lo ejjjplicaban infinitamente mejor que yo, a saber:

 

 

 

 

¡¡¡ EL MAR, IDIOTA, EL MAR !!!

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