.
.
Como bien sabéis los más viejos —y/u/o no tan viejales…— del lugar, me declaro agnóstico-místico.
Quizá y sólo quizá me declararía deísta si no fuese porque, como dijo Primo Levi, «Porque existió Auschwitz, Dios no existe.»
Lo de «ateo» me pilla más lejos, pues no es más que sustituir una creencia por otra: el vacío cuántico en el Big Bang, el MITO CIENZUFO de nuestro tiempo, puesto que es obvio como una casa que, el Gran Parménides mediante, Ex nihilo nihil fit y tan mito como el MITO del Dios antropomorfo de canosa barba. Como la mía poco a poco ya, por cierto… 🙄
Creo que para manifestarse en uno u otro sentido (deísta o ateo) primero habría que definir de forma precisa e inequívoca las palabras Ser, Dios y Consciencia. Y, hasta donde yo sé, de momento nadie lo ha hecho. Y, después, tener la potencia mental suficiente (o de ser lo suficientemente naïf-simplón, que todo podría ser…) como para abordar tamaña preguntita. Desde luego la mía no será. Ergo no me pronuncio.
Aferrarme a la música me ha salvado la Vida en un par de ocasiones. Literalmente.
Si me dieran a elegir entre el sexo y la música lo tengo clarinete y escogería la música a ciegas sin dudar ni una milésima de segundo. Sí. Y me compadezco de aquellos de vosotros que no lo escogeríais así…
Así que aquí os pongo un simpatiquísimo vídeo de la Misa en Si menor, BWV 232, una de las —para mí— Obras cumbres de la Humanidad, y dentro de esta la Obra, os traigo el que es —para mí— el PICO ABSOLUTO de la Creación Artística jamás alcanzado por el Ser Humano: el Cum Sancto Spiritu, dirigido nada menos que por el que posiblemente haya sido el mayor especialista en Bach de toda la historia, Karl Richter —y si no lo ha sido Richter me da igual, fue Richter el que me descubrió a Bach cuando tenía 11 añitos y ponía una y otra vez la Toccata y Fuga en Re menor interpretada por él— y me quedaba absolutamente hipnotizado por este disco de la colección de Musicalia, que había comprado my mother.
.
.
.
.
Y sirva esta entrada de agradecimiento a ese otro Gigante llamado Mendelssohn, quien nos descubrió a Bach nada menos que 80 años después de su muerte, pues la música de Bach, en vida, estaba «pasada de moda», jamás conoció la «gloria» y sus partituras originales servían para envolver pescado (literalmente).
.
.
.
.
Creo sinceramente que Bach estaba «conectado» a algo infinitamente mayor que él mismo.
(Vídeo, por cierto, que me he tomado la no-molestia de descargar el DVD completo, ripear este cacho de pedazo de trozo y de subirlo a la interneke en alta calidad).
Va dedicado a cuantos de vosotros la Música también os haya salvado la Vida una vez o dos…
.
Que lo disfrutéis.
.
.
Agnóstico, sí, pero con cositas como esta,
.
.
.
creo.
.
.
.
Comentarios recientes