«Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios», de José Carlos González-Hurtado

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En mi opinión/(más bien intuición copita de Soberano en mano, a ojo de buen cubero), el meollo del asunto estaría en los dos Teoremas de Incompletitud de Gödel. Que, obviamente, la perola no me da para comprender ambos en su posible magnitud.

Gödel, por cierto, tiene también una curiosa prueba ontológica de la existencia de Dios:

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https://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_ontológica_de_Gödel

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Al parecer, González-Hurtado los explica en el libro, pero de momento no me lo voy a comprar hasta que lo saquen en ebook, que ya bastantes libros compro en papel y el tejido del espacio-tiempo de mi habitación para almacenar materia barónica es limitado (leo PDFs en mi bendito iPad de 12’9″, por subrayar y anotar a gusto).

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https://es.linkedin.com/in/josecarlosgonzalezhurtado

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3 Replies to “«Nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios», de José Carlos González-Hurtado”

  1. Avatar de Andres Andres dice:

    buena vida Jose !!! Abrazo grande

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  2. Avatar de Jose Carlos Priego Jose Carlos Priego dice:

    Había visto algún reel corto por ahí de este señor, desconocía que era tocayo jaja, parece que sabe cosas.

    Me terminé hace poco «Moneda Cósmica». Dejo por aquí un fragmento que incluye el ejercicio de inmovilidad que recomienda en el libro para empezar en el camino de desarrollar «riqueza interna» (que sería como una especie de quintaesencia como así la denomina, una especie de fina materia hecha de la conciencia más cercana a dios absorbida y desarrollada internamente con los esfuerzos conscientes necesarios) y aumentar el nivel de conciencia en estado de vigilia para ir desarrollando también lo que llama «capacidad significativa», a partir de la cual se captaría la quintaesencia de las cosas para desarrollarla internamente. En todo caso recomiendo leer el libro. Ahí va el fragmento:

    «Ejercicio Nº1 de Inmovilidad total

    Tiene por objeto incrementar el nivel de vigilia, acorde a los fundamentos expuestos en mi libro “Hipsoconciencia”. Se basa en quebrar el automatismo motor lo que redunda en un aumento del nivel de vigilia.

    Consiste en mantener un total estado de inmovilidad durante 10 minutos, y es preciso hacerlo todos los días a cualquier hora menos por la noche, porque puede provocar insomnio.

    Interesa señalar que nunca, en ningún momento, estamos totalmente inmóviles, ya que siempre nuestra inmovilidad es relativa, como ocurre por ejemplo durante el sueño, cuando nuestros globos oculares efectúan movimientos espasmódicos.

    La inmovilidad total consiste en sentarse en una silla con la columna vertebral y la cabeza erguidas, las manos puestas sobre las rodillas, relajándose por dos minutos en relativa inmovilidad. A continuación, entrelazar ambas manos fuertemente y efectuar una profunda inspiración de aire hasta llenar los pulmones manteniendo todo el cuerpo en el estado de mayor tensión posible durante 1 minuto, conteniendo la respiración mientras sea posible.

    En seguida expulsar el aire por la boca con los labios entreabiertos, separar las manos y poniéndolas en las rodillas, tratando de relajarse completamente y mantenerse absolutamente inmóvil, con la mirada fija en algún punto de la pared, mientras se repite mentalmente, con mucha determinación: “Estoy despierto”, manteniendo la imagen de una condición muy superior de despertar, algo así como un “despertar total”.

    Esto debe durar durante 7 minutos y para que el ejercicio sea exitoso es preciso que se alcance la inmovilidad total, y no relativa, evitando todos los pequeños movimientos de hombros, cuello, cabeza, manos, y brazos, relajando especialmente los músculos de la frente y el entrecejo.

    Los párpados y los globos oculares deben relajarse completamente, hasta suprimir los pequeños temblores: la parte más difícil del ejercicio.

    Para abordar con éxito la relajación ocular, es conveniente, durante el día, en otro instante, practicar exclusivamente en observar los temblores y movimientos de los ojos y párpados para contar con la información necesaria con respecto a la sensación que es preciso suprimir para lograr la relajación.

    A medida que se progresa en este ejercicio se notará muy claramente un aumento del nivel de vigilia, comprobable en los siguientes efectos beneficiosos: mayor claridad del pensamiento, percepción más intensa y agudizada del entorno, atenuación o desaparición de la ansiedad, sensación de mayor seguridad interna, más estabilidad emocional, autoconciencia, aumento del nivel de control sobre el pensamiento, mejoría de la circulación sanguínea y refuerzo del sistema inmunológico.

    ¿Cuánto tiempo debe practicarse este ejercicio?

    Como mínimo, hasta que sus beneficios se hagan evidentes, lo que depende substancialmente de la adecuada disposición interna, la perseverancia, y el entusiasmo e impecabilidad con que sea ejecutado.

    Recomiendo, antes de empezar a hacerlo, abrir un diario de vida personal donde se consigne qué es lo que se quiere obtener y se haga una autoevaluación de los siguientes puntos:

    • Enfermedades
    • Nivel de ansiedad o angustia.
    • Trastornos del sueño (si los hubiere)
    • Problemas emocionales
    • Temores
    • Frustraciones
    • Deseos insatisfechos
    • Nivel de autoestima (imagen de sí mismo)
    • Problemas materiales concretos
    • Nivel de felicidad o infelicidad
    • Nivel energético cotidiano
    • Armonía o desarmonía familiar o de pareja
    • Pensamientos optimistas o pesimistas

    Esta evaluación tiene por objeto medir los cambios que puedan producirse tras la ejecución de los diferentes ejercicios.

    Ejercicio Nº2 Desarrollo de la capacidad significativa

    Se debe ejecutar después de 60 días de estar practicando el primer ejercicio. Trascurrido dicho plazo, ya estamos preparados para ejercitar nuestra capacidad significativa y ponerla a prueba, tratando de llegar al significado profundo de las siguientes preguntas y afirmaciones:

    • ¿Quién soy yo? ¿Qué es lo que deseo obtener?
    • ¿Cuál es el valor de un individuo a diferencia de otros?
    • No existe más riqueza trascendental que la interna.
    • No hay más pobreza o riqueza que aquella que se cultiva en el interior del individuo
    • La economía y las finanzas mundiales están en desacuerdo con las leyes de la naturaleza, representando una distorsión financiera artificial, que es una de las causas de pobreza en el mundo.
    • El 95% del dinero existente ha sido creado por los bancos mediante el sistema de préstamos, motivo por el cual nace como deuda.
    • La única riqueza que tiene poder en la naturaleza es la “riqueza interna”; el oro solo sirve a los bancos y a las finanzas internacionales.
    • El depósito universal de todo bien es la naturaleza cósmica, y una de las leyes que la gobierna es la del mercantilismo cósmico, que significa: “debo dar el equivalente de lo que deseo tomar”.
    • En el ámbito de la naturaleza no existe nada gratis; todo es objeto de trueque, como ocurre en el reino animal y vegetal. Las plantas se alimentan del sol y de la tierra, para servir después de alimento a diversas especies vivientes. Existe un continuo intercambio de energías entre las diferentes especies y la naturaleza, y cada ser viviente cumple una función específica.
    • Para obtener algo que deseamos, debemos pagárselo, en primer lugar, a la naturaleza, alimentándola con nuestro trabajo, consciencia, perseverancia, ética y proyección energética, que constituyen nuestro mérito personal y la moneda con la que pagamos lo que deseamos.
    • Cuando se obtiene algo sin haber pasado antes por este proceso, no hay mérito, por lo cual se pierde lo deseado o se convierte en causa de sufrimiento y dolor por algún motivo no previsto.
    • En un ámbito completamente diferente, es preciso comprender que el capital más importante de una persona es la “riqueza interna” (R.I) que puede desarrollar.
    • La R.I. es convertible en talento, creatividad, bienes espirituales, calidad de vida, paz, seguridad, felicidad, y bienes materiales (de acuerdo con el merecimiento). Es el resultado final del aprendizaje realizado en estado de vigilia superior.
    • La pobreza interna es el resultado del aprendizaje en un estado de vigilia carencial.
    • Todos podemos desarrollar la R.I mediante un procedimiento especial, destinado a procesar conscientemente nuestra experiencia cotidiana. Este procedimiento consiste en obtener la quintaesencia de la experiencia cotidiana, para extraer de ella el “significado” esencial, principal componente de la R.I.
    • Hay personas que tienen contenido y otras que no lo tienen, y esto no guarda relación alguna con la cultura, sino con la posesión o la carencia de cierta cantidad de R.I., por modesta que sea.
    • Por rico en oro que sea el sujeto, es realmente pobre si no posee un mínimo de contenido interno.
    • El “materialismo” es solo una expresión del vacío interno de las personas.
    • Lo más valioso que existe en el universo es la “riqueza interna”, energía-consciencia sublimada de la experiencia cotidiana (el significado esencial extraído de la experiencia diaria por el hecho de vivir en un estado de vigilia superior).
    • La acumulación de R.I. constituye un gran poder para la persona, siempre y cuando  su conducta se ajuste a normas morales superiores.
    • Sin importar la condición actual, el individuo puede, mediante el uso de la R.I., transformar gradualmente su vida hasta alcanzar la realización de los deseos emanados de la conciencia del ser, totalmente diferentes en sentido cualitativo, a los que nacen de la personalidad y los innumerables caprichos pasionales del individuo.
    • Se recompensa en exceso toda actividad que favorece el vacío cerebral de las personas, adormeciendo sus cerebros mediante la literatura “caramelo” (dulces mentales) y el cine comprometido, con una televisión “idiotizante” que privilegia las bajas pasiones, la violencia, lo absurdo y lo grotesco.
    • El verdadero éxito es logrado por el individuo que, de forma paralela, logra triunfar en su camino evolutivo y en sus asuntos materiales.
    • El creador nos puso en este planeta para evolucionar individualmente, y el que no lo consigue puede considerar que ha fracasado aunque sea dueño de todo el oro del mundo.
    • El éxito en la vida se basa en comprender la realidad que nos circunda, ya que cuando lo conseguimos, comprendemos también las leyes que nos hacen triunfar o fallar.
    • Nuestro fracaso emana del empeño en pretender imponer esquemas irreales en un mundo material.
    • Para tener éxito debemos movernos en el mundo real, ya que de otro modo terminaremos siempre prosiguiendo sueños y fantasías.
    • La única forma de lograr un buen contacto con la realidad consiste en alcanzar un buen nivel de vigilia.
    • La mayoría de los problemas de las personas se basan en una mala interpretación de la realidad, construyendo secuencias de “subrealidades” fantasiosas, producto de la proyección de sus propios ensueños.
    • La riqueza real (la interna), es aquellas a la que no pueden afectar ni las calamidades naturales o financieras. Tampoco pueden perjudicarla ni la guerra ni la inflación, así como no puede ser robada ni destruida.
    • Empleando correctamente el poder de la R.I., cualquier persona puede triunfar, por modesta que sea, llegando a superar a los que desconocen o no comprenden el tema.
    • La riqueza externa no hace la felicidad de las personas ni les brinda una auténtica calidad de vida.

    Es necesario señalar que estas frases constituyen solo un ejemplo elemental de conocimientos que vale la pena tener claros para orientarse en lo que atañe a la riqueza y la economía.

    Cada lector debe ampliar la cantidad de conceptos que le interesen en sus asuntos cotidianos.

    Es preciso recordad, una vez más, que el objeto de este proceso reflexivo es llegar al nivel de conceptual significativo, y que eso solo se logra trascendiendo el nivel informativo para llegar a la profundidad esencial.

    Esto significa efectuar una penetración cognitiva superior en los temas de interés, hasta ir más allá de lo aparente.

    Cómo reflexionar sobre estas frases.

    Nada conseguiremos con su memorización y estudio, ya que es preciso adentrarse en los niveles más hondos de significado. Para esto, debemos reseñar brevemente las leyes que gobiernan el aprendizaje en estad de vigilia superior.

    Antes de leer y pensar en cada frase es preciso tranquilizar a la mente para obtener el control sobre ella, lo que se consigue con el siguiente ejercicio de preparación:

    Sentado cómodamente en una silla con la columna vertebral erecta, inspirar profundamente aire por la nariz, reteniéndolo unos 30 segundos, o el máximo posible. A continuación, exhalar suavemente por la boca con los labios entreabiertos hasta vaciar los pulmones. Descansar 30 segundos y repetir este ciclo durante siete veces. A continuación, seguir respirando normalmente, pero conservando la atención en el propio flujo de la respiración, o sea, manteniéndose consciente de ella.

    Leer atentamente cada frase, sin prisa alguna y releerla en voz alta cuantas veces sea preciso, e ir anotando en un cuaderno lo se va comprendiendo de ellas.

    No hay que temer la excesiva repetición de una frase, ya que muchas veces ocurre que cuando no se entiende un concepto, el hecho de leerlo varias veces en voz alta, pronunciando cuidadosa y atentamente, ayuda notablemente a su comprensión.

    En cierto modo, la justificación o respaldo de lo que se afirma en las diferentes frases está en esta obra, pero lo importante no es aceptar de buena fe lo que una frase sostiene, porque eso no crea ninguna fuerza interior. Es preciso, en cambio, que cada lector comprenda por sí mismo la profundidad y veracidad de cada concepto, porque esto es lo que generará cambios positivos en su interior.

    Recomiendo reflexionar en estas frases hasta penetrar en su significado profundo, o sea, visualizar las consecuencias inmediatas de la veracidad de estas afirmaciones.

    El objeto de esta meditación excede en mucho lo teórico, ya que su propósito es el de formar un “repertorio mental”, adecuado para el éxito integral, que consiste en aproximarse a la excelencia humana y los bienes que la acompañan. No es de mucha utilidad estudiar o memorizar estos conceptos, ya que es preciso comprenderlos en profundidad para llegar al significado esencial que tienen.

    Para aquilatar su importancia, debo señalar que el conocimiento “significativo” constituye un poder que permite, a quien lo posee, conseguir que la mente opere en el mundo material.

    Como es lógico, al lector no le sirve de nada que yo lo comprenda, por lo que su preparación radica en la descodificación mental de esta enseñanza, lo que se logra prendiendo a pensar en estado de vigilia superior.

    Amigo lector: debes darte cuenta de que para triunfar en la vida no necesitas permiso de nadie y que puedes poner manos a la obra en este mismo instante.

    Si nadie te ayuda, no te preocupes, no necesitas el beneplácito de los bancos ni ayuda estatal.

    Si el tener éxito te parece muy difícil dada tu experiencia previa, debes asumir que a pesar de haberte esforzado no has hecho lo adecuado. No importa, puedes empezar de nuevo y tener éxito empleando el poder de la Riqueza Interna

    Si nos preguntamos a estas alturas si es preciso tener fe para que opere el poder de la “riqueza interna”, es menester afirmar: no se precisa fe, pero hay que prescindir también de la “antife”, que es la descalificación de esta enseñanza, sin haberse molestado en comprenderla racionalmente para ponerla en práctica.

    Suele ocurrir que somos extremadamente receptivos a lo que nos resulta familiar y muy cerrados a lo que no coincide con la rigidez de los propios esquemas.

    Esta misma particularidad de la mente humana es la que nos hace fracasar repetidamente en los mismos asuntos, ya sea en el área económica, de pareja o en la comunicación interpersonal. En efecto, nos empeñamos tozudamente en continuar aplicando el tipo de criterio conductual que nos resulta familiar y cómodo, y si esto no da resultado culpamos a factores externos en vez de admitir que debemos virar 180 grados.

    Propongo, en este trabajo, una reingeniería de la conciencia que una vez reconstruida, estará en condiciones de fabricar un misterioso ingrediente al que he llamado “riqueza interna” (R.I.), que podría ser lo mismo que buscaban los primitivos alquimistas para “transmutar el plomo en oro”, como ellos mismos sostenían. El verdadero secreto se refería a la consecución de un logro de perfeccionamiento espiritual: “Transmutar los metales viles en oro”, cuyo significado filosófico representa la transmutación de las pasiones (metales viles) en oro (conciencia superior).

    Como es natural, las ambiciones del vulgo llevaron a la gente a creer que se trataba de hacer oro materialmente, y muchos perdieron toda su fortuna enredándose en la intrincada jerigonza alquímica.

    No temo, sin embargo, que esta enseñanza sea mal utilizada ya que para hacer oro (espiritual) hay que tener previamente, aunque sea, una ínfima porción del mismo oro espiritual (contenido interno).

    Aquellas almas oscuras que, movidas por la codicia y el instinto depredador, se empeñen en fabricar esta magna energía, fracasarán sin duda alguna.

    Advierto a los seguidores de las opiniones mayoritarias y a los adoradores de los iconos del conocimiento racional no significativo, que hay muchas más cosas extrañas en la tierra de las que uno se imagina. Respeto su incredulidad porque la tendencia lógica del individuo es la de seguir creyendo en lo que siempre se ha creído, descalificando lo que se aparte de estos cauces.

    Pero, ¡qué tremendo despilfarro si tengo la razón!, aunque debo aclarar, sin embargo, que no soy yo quien afirma estar en lo correcto, sino que los principios expuestos demostrarán su veracidad por su propio peso. Soy solo un modesto filósofo que se limita a mostrar las leyes físicas de la vida, desconocidas por el vulgo.

    Si queréis dudar, por tanto, dudad de la naturaleza, ya que si ella tiene razón no será perturbada por la incredulidad y continuará operando con las mismas leyes que lo ha hecho desde que existe el universo, tal como las manzanas maduras pueden caer del árbol, sin necesidad que el  hombre tenga fe en la fuerza de la gravedad.

    Y, como es lógico, perderéis la oportunidad de obtener los bienes espirituales supremos, que otorgan la felicidad, la paz, la seguridad, el amor y la satisfacción interna.

    Lo cierto es que, con respecto a este tema, no tienen ninguna importancia las creencias y opiniones; lo que realmente interesa es ganarse el respeto de la naturaleza cósmica para compartir sus bienes cognitivos, espirituales y materiales, y dicha consideración debe ganarse sobre la base de la estricta observación de los principios éticos superiores, la espiritualidad, la armonía y la fraternidad.

    Tened por seguro que la naturaleza os respetará en la misma proporción de vuestros valores espirituales. Por el contrario, careceréis de mérito si es que os comportáis cínicos materialistas que niegan todo valor espiritual, suponiendo que está permitido hacer todo lo que el sujeto desea, por arbitrario, deshonesto o torcido que sea»…

    El libro tiene más ejercicios y cosas interesantes como la forma en la que justifica el concepto de riqueza interna como una suerte de energía proveniente de dimensiones superiores (a veces de entender que la equipara con lo que se entiende en física como energía oscura), pero a saber.. lo trata de argumentar esgrimiendo las teoría físicas de partículas y de dimensiones (6 dimensiones luego reformuladas posteriormente en 12) de Burkhard Heim, que es un personaje que desconocía, pero que resulta ser bastante excepcional la verdad.

    En este pdf se cuenta un poco su worldview http://heim-theory.com/wp-content/uploads/2021/02/Illobrand_von_Ludwiger-The_New_Worldview_of_the_Physicist_Burkhard_Heim.pdf

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